Cómo hacer que dos gatos se lleven bien
Incorporar un nuevo miembro a la familia gatuna es una excelente idea, sobre todo, si debes ausentarte muchas horas de casa. De esta forma, tu minino tendrá un compañero de juego con el que entretenerse. Sin embargo, es preciso saber cómo añadir un segundo gato al hogar y las variables a considerar para que esta decisión sea todo un éxito.
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Índice
¿Factores para que dos gatos se lleven bien?
No cometas el error de fijarte únicamente en la estética del nuevo minino. Como tutor te corresponde primar el bienestar de ambos animales, teniendo en cuenta el temperamento y edad de tu primer gato. Por tanto, deberías optar por un segundo inquilino de carácter lo más parecido posible a tu gato. Con esto nos referimos a necesidad y modo de juego.
Esto es, cuánto de enérgico es tu gato. Por lo general, los machos son más brutos en sus tácticas de juego y les encanta jugar a pelearse, mientras que las hembras son más dadas a acechar y esconderse. La edad y el sexo son otros de los factores que deberías tener presentes. Los géneros iguales (dos machos, dos hembras) tienden a llevarse mejor.
Hasta los 3-4 años, los gatos veteranos suelen tolerar la compañía de un cachorro, preferentemente si el gato que ya tienes es un macho. Sin embargo, a partir de los 8 años de edad, introducir un cachorro podría ser contraproducente, sometería a un excesivo estrés al primer gato, mermando su salud y calidad de vida.
Cómo añadir un segundo gato al hogar con éxito
En cuanto a la metodología para lograr la integración de la nueva mascota, existe cierto consenso entre los especialistas sobre la conveniencia de aplicar el llamado sistema de los 15 días. Así, deberías presentarlos de un modo gradual aplicando las siguientes pautas. Lo prioritario es que los primeros minutos en casa sean lo más pacíficos posible:
- Antes de traer al nuevo gato a casa, deberás preparar su habitación con todos sus enseres (comedero, bebedero, bandeja sanitaria, cama, rascador, juguetes y refugio). Recurrir a los difusores de feromonas de familiarización, que colocarás en las habitaciones de ambos gatos, contribuirá a que rebajen la tensión.
- El gato deberá llegar a su nuevo hogar en su transportín. Déjalo en el suelo y mantén alejado a tu primer gato. Resulta conveniente que para este paso cuentes con la ayuda de otra persona y que selles todos los posibles huecos para que no pueda esconderse. Abre el transportín y permítele merodear a su antojo.
- Durante 15 días, siempre atendiendo a la evolución que observes en cuanto al grado de tolerancia mutua, deberás mantenerlos alejados físicamente, pero próximos en cuanto a sus olores. ¿Cómo? Creando un olor de grupo. Primero, coloca entre sus objetos una manta con el olor del otro gato y después, emplea la misma manta.
- Aproximadamente a la semana de su llegada, deberás iniciar el primer contacto visual para que puedan tener un contacto más estrecho. La idea es que, si no existen conductas huidizas o agresivas, vayas reduciendo la distancia entre ellos y alargando el tiempo de exposición.
- Transcurridas las 2 semanas, y siempre bajo la supervisión de un humano, podrán tener contacto físico sin limitaciones. Si todo va bien, deberías dejarles dormir juntos ese día.
Consejos adicionales
Como ves, el protocolo para presentar a dos gatos no tiene grandes misterios. Basta con que actúes de forma progresiva, manteniendo el contacto olfativo y facilitando el visual cuando los consideres suficientemente familiarizados con el otro. Sin embargo, para que lleguen a aceptarse y a considerarse iguales de pleno derecho debes:
- Asegurarte de que no perciben que existe competencia por los recursos. Esta es la principal causa de sus rencillas. Si has realizado de forma correcta el paso a paso, no hay motivo para que interpreten que su territorialidad se haya visto mermada. No obstante, competir por la comida o por el arenero puede ser traumático.
- Compórtate de forma equitativa con ambos. El tiempo que dedicas a cada uno y tu efusividad deberán ser proporcionales con los dos. De lo contrario, uno de ellos podría sentirse relegado y tomar represalias contra el mimado.
- Premiar su actitud de acercamiento, sobre todo, cuando comen, ya que la ausencia de hostilidad durante la ingesta es un claro indicio de que se aceptan y de que no existe riesgo de peleas.
- Mantenerte calmado y no preocuparte si en un primer momento se bufan. Entra dentro de la normalidad y no implica que se odien o que siempre vayan a llevarse mal. Simplemente, están defendiéndose y reivindicando su autoridad. Tu rol debe ceñirse a mantener la ecuanimidad y la armonía.
- Si observas que alguno de ellos no come, no utiliza el arenero y/o se muestra nervioso o miedoso, consúltalo sin demora con el veterinario.
En definitiva, para añadir un segundo gato al hogar sin dramas debes permanecer atento a las reacciones de tus mascotas, ser igualitario en tus interacciones con ellos y ofrecerles todo lo que necesitan (enseres, juego compartido y cariño). De este modo, vivirán con la calidad que merecen.