Temperatura ambiente ideal en casa para el gato

Como ya sabrás, los gatos no tienen una temperatura corporal igual a la nuestra, sino que es unos grados mayor. Normalmente se utiliza el rango 38-39ºC como normal pero un estudio reciente sugiere que este parámetro siempre se suele medir en lugares cerrados como clínicas o laboratorios dónde hay una temperatura ambiente constante similar.

Este estudio midió la temperatura corporal de los gatos en diferentes situaciones a diferentes temperaturas ambientales. El resultado fue que podemos ampliar bastante el rango de la temperatura corporal de los gatos que podemos considerar como normal (36.7–38.9°C). Esto nos brinda nueva información sobre el sistema de termorregulación de los gatos y como les afecta la temperatura ambiental. Veamos cuál es la temperatura óptima para que tu gato esté a gusto en casa en invierno o verano.

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¿Por qué a los gatos les gustan los sitios calentitos?

Es una escena típica, sobre todo en invierno, el encontrar a nuestro gato sobre un radiador, calefactor, ordenador portátil o incluso tomando el sol. Este comportamiento es común en los gatos y lo hacen principalmente mientras duermen o están dormitando. Durante el descanso nuestro metabolismo baja y con ello la producción de calor.

Por ello, tanto nosotros como los gatos podemos quedarnos fríos al dormir por la noche o simplemente descansando en el sofá. Los gatos buscan suplir esta pérdida de calor con una fuente externa. Además, hay evidencia que sugiere que las neuronas termosensibles del hipotálamo anterior influyen en los mecanismos de regulación del sueño y vigilia. Los estudios muestran que los procesos de sueño y termorregulación interactúan y, a una temperatura ambiente de 0 °C, se excluyen mutuamente.

Es decir, los gatos no pueden dormir a temperaturas de 0ºC o inferiores porque no pueden mantener su temperatura corporal. La ocurrencia del sueño de ondas rápidas (REM) está relacionada con un rango óptimo de temperaturas hipotalámicas que es específico en cada condición ambiental.

¿Todos los gatos son sensibles al frío?

De hecho, los gatos son mucho más sensibles al calor que al frío. Y son propensos a los golpes de calor, ya que, al igual que los perros, su principal sistema de termorregulación es el jadeo, que no es tan eficaz como la sudoración. Por ello debemos tener especial cuidado en el verano.

Pero hablando del frío, no. No todos los gatos son igual de susceptibles a las bajas temperaturas. Depende en gran medida de la raza. Por ejemplo, un gato siberiano está altamente adaptado a los climas fríos. Su abundante pelaje ha permitido que la raza subsista en la región de Siberia soportando temperaturas de 30°C bajo cero.
En el extremo opuesto, tenemos a las razas de gato sin pelo, como el gato Elfo, el Donskoy y el Sphynx, que no cuentan con ninguna adaptación a frío y son extremadamente susceptibles a la hipotermia.

Los cachorros y los gatos de edad avanzada son más sensibles al frío. Y los que están acostumbrados a vivir en el exterior son más resistentes. En término medio lo podemos establecer en un gato común europeo adulto, que puede aguantar temperaturas entre 0-30ºC (aún que no son la temperatura ideal).

temperatura ideal de casa para un gato

¿Cuál es la temperatura ideal en casa durante el invierno para un gato?

Como hemos visto, la temperatura ideal puede variar con cada gato. Durante la temporada más fría del año, un gato de pelo corto estará cómodo a una temperatura entre 18º y 25ºC. Podemos reducir uno grados en el caso de gatos de pelo largo y aumentar unos grados para los gatos sin pelo y cachorros.

En cualquier caso, podemos mantener zonas calentitas donde el gato pueda acostarse a dormir o descansar cómodamente (por ejemplo una cama cerca de un radiador). Así el gato podrá ir y salir de las zonas calientes a su gusto sin preocuparnos tanto por la temperatura ambiental.

¿Cuál es la temperatura ideal en casa durante el verano para un gato?

Si vives en una zona dónde el verano es muy caluroso, debes de ventilar la casa lo máximo posible en las horas más frescas. Y mantener las ventanas cerradas durante las horas de calor, además del aire acondicionado siempre que sea posible.

A temperaturas mayores a los 28ºC debemos proporcionar a nuestro gato sitios dónde pueda refrescarse. Ellos se suelen tumbar sobre superficies frías como el lavabo del baño. Podemos ponerle una toalla mojada con agua fresca para aumentar la pérdida de calor. Así como siempre proporcionarle agua limpia y fresca a libre disposición.

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