Diabetes Mellitus en gatos

La diabetes felina se caracteriza por una deficiencia absoluta o relativa de insulina. Esta enfermedad afecta al metabolismo de los carbohidratos, las proteínas y las grasas. Es más común en gatos machos, con sobrepeso, generalmente castrados y en razas de pelo corto, así como en los mayores de 9 años de edad, pero puede darse a cualquier edad y en cualquier raza y sexo. Veamos cómo detectar a un gato diabético y cuáles deben ser sus cuidados y tratamiento.

¿Qué causa la diabetes en los gatos?

La insulina es una hormona que se encarga de controlar los niveles de glucosa en la sangre y permite que órganos cómo el hígado o los músculos puedan utilizarla y funcionar correctamente. Existen 2 tipos de diabetes mellitus en felinos:

  • Tipo 1: En la diabetes tipo 1 la causa es una deficiencia de insulina. Esto puede deberse a una destrucción del páncreas, a modificaciones genéticas por la actividad de algunos virus o tóxicos, o a enfermedades autoinmunes.
  • Tipo 2: En la diabetes tipo 2 hay niveles normales o elevados de insulina, pero el organismo se ha vuelto resistente a ella (no la reconoce). Puede darse en ciertas condiciones hormonales (como la gestación o la administración progestágenos) o puede deberse, como es más común, a la obesidad por sobrealimentación.

¿Cuáles son los síntomas de la diabetes en gatos?

Ante la deficiencia de insulina el organismo no puede utilizar la glucosa que está presente en la sangre, al no ser empleada esta se acumula (hiperglucemia). Cuando los niveles alcanzan cierto umbral, la glucosa empezará a eliminarse con la orina (glucosuria).

El organismo del gato tratará de diluir más la orina, bebiendo y orinando con más frecuencia y en mayor cantidad. Pero al no estar siendo utilizada la glucosa por el organismo, se produce lo que se conoce como “hambre celular”, las células de los órganos no tienen el combustible que necesitan para funcionar correctamente y para vivir por lo que el gato siempre tendrá la sensación de hambre por mucho que coma y empezará a perder peso.

Por otra parte, algunos productos de desecho no se pueden metabolizar adecuadamente en ausencia de insulina, estos son tóxicos y el gato puede descompensarse fácilmente y caer en una crisis cetoacidótica que puede acabar con su vida.

En general, los signos a los que debemos estar alerta son:

  • Aumento de la sed, el hambre, la micción y pérdida de peso.
  • Deshidratación, fiebre, debilidad, vómitos o diarrea.
  • Aliento fuerte con olor a acetona.
  • Posición plantígrada (el gato apoya toda la mano en el suelo y no solo sus dedos).
  • Infecciones urinarias, dificultad para orinar, presencia de sangre en la orina.

Diagnóstico del gato diabético

Siempre que haya antecedentes de los síntomas mencionados, se debe sospechar de diabetes mellitus. El diagnóstico se confirma tras el hallazgo de hiperglucemia persistente en ayunas junto con la glucosuria. Para ello el veterinario realizará una serie de analíticas: hemograma, enzimas hepáticas, parámetros renales, colesterol, triglicéridos, insulina y las más importantes en este caso: las proteínas glicosiladas.

La concentración de estas proteínas es un marcador de cómo ha sido el control glucémico durante las semanas previas. Son especialmente útiles en los gatos, ya que esta especie puede sufrir variaciones momentáneas muy grandes en la glucemia debido a situaciones de estrés, como puede pasar durante la consulta veterinaria; sin embargo, estas proteínas glicosiladas no varían y nos indican si la hiperglucemia ha sido transitoria o persistente durante las semanas previas:

  • Hemoglobina glicosilada
  • Fructosamina

Tratamiento y dieta para gatos diabéticos

El tratamiento médico para un gato con diabetes consiste en la administración de insulina. Para los gatos actualmente se dispone de un preparado comercial de insulina recombinante humana de acción ultra lenta.

Normalmente se necesitan dos aplicaciones diarias y se administra mediante inyección de una forma muy sencilla para los propietarios. Su veterinario también le enseñará cómo medir los niveles de glucosa ya que es necesario llevar un control estricto de la glucemia en diferentes momentos del día.

También se pueden utilizar hipoglucemiantes orales como las sulfonilureas, que actúan estimulando la secreción de insulina endógena, reducen la producción de glucosa en el hígado y potencian la acción insulínica sobre este.

La monitorización del tratamiento, sobre todo en las fases iniciales debe ser un trabajo estricto en equipo entre el veterinario y el propietario. Es conveniente una revisión semanal hasta que se haya definido la dosis adecuada que mantiene al gato saludable, este proceso puede llevar hasta 1 mes y son frecuentes los cambios de dosis, frecuencia de administración y tipo de insulina.

La dieta y el ejercicio son igualmente importantes que el tratamiento médico, es necesario corregir la obesidad si la hay y mantener una rutina de comidas y aporte calórico. Los gatos como carnívoros estrictos pueden utilizar las proteínas como fuente de glucosa. Se ha demostrado que el uso de dietas ricas en proteínas y bajas en carbohidratos disminuye los requerimientos de insulina y ayuda a la remisión de la enfermedad.

También es conveniente limitar un poco el aporte de grasa, teniendo en cuenta las alteraciones en el metabolismo lipídico. El alimento se debe repartir en 2 o más tomas controladas para minimizar el efecto hiperglucemiante de cada comida.

El ejercicio debe ser rutinario, pero evitándolo poco antes de las comidas. El ejercicio ayuda a mantener un control glucémico, promueve la pérdida de peso y mejora la resistencia insulínica producida por la obesidad. Además, favorece la movilización de la insulina administrada del punto de inyección.

Pronóstico y Prevención de la diabetes en felinos

El pronóstico varía en función de la presencia o no de enfermedades concurrentes, que son comunes teniendo en cuenta que se trata de animales de edad avanzada en el momento de su diagnóstico. Aun así, si se tiene compromiso y dedicación hacia el tratamiento y monitorización de gato con diabetes, con revisiones periódicas, y control estricto de la dieta y hábitos saludables, un gato puede convivir con la enfermedad y tener buena calidad de vida.

En algunos casos se puede dar la remisión total de la enfermedad, ya sea temporal o permanentemente, y el gato podrá prescindir totalmente de la medicación, aun así es recomendable que el gato diabético continúe con los hábitos dietéticos y de ejercicio.

No podemos prevenir todas las causas de diabetes mellitus en los felinos, pero si podemos evitar los factores de riesgo que aumentan la predisposición a que el gato desarrolle la enfermedad. Como evitar la sobrealimentación, el sedentarismo, el sobrepeso, la obesidad y las dietas de mala calidad.

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