Cómo medir la temperatura de un gato

La temperatura corporal es una de las principales constantes vitales que se miden habitualmente, ya que es un indicativo del estado general del organismo. Normalmente, un aumento de la temperatura por encima de lo normal (lo que conocemos como fiebre) es indicativo de un proceso infeccioso, aún que no es la única causa.

Un descenso de la temperatura por debajo de lo normal (hipotermia) suele estar asociado a condiciones ambientales adversas, pero también puede deberse a un fallo central en el sistema de termorregulación. Ambas situaciones ponen en peligro la vida del gato y es importante acudir al veterinario lo antes posible. Desde Señordongato te mostramos cómo medir la temperatura de un gato de la forma más eficaz y precisa.

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¿Cuál es la temperatura normal de un gato?

Los gatos no tienen una temperatura corporal igual a la nuestra, sino que es unos grados mayor. Normalmente se utiliza el rango 38-39ºC como una temperatura normal y esta es la referencia que debemos tomar si vamos a tomar la temperatura a nuestro gato en casa.

Por otra parte, un estudio reciente sugiere que este parámetro siempre se suele medir en lugares cerrados como clínicas o laboratorios dónde hay una temperatura ambiente constante similar. Este estudio midió la temperatura corporal de 200 gatos adultos sanos en diferentes situaciones a diferentes temperaturas ambientales. El resultado fue que podemos ampliar bastante el rango de la temperatura corporal de los gatos que podemos considerar como normal (36.7–38.9°C).

Existen otras excepciones, ya que los gatitos cachorros suelen tener temperaturas más elevadas de forma fisiológica, hasta unos 39,5ºC

En cualquier caso, si la temperatura de nuestro gato está por encima de los 40ºC o por debajo de los 37ºC, se trata de situaciones muy peligrosas para el organismo. Hay que acudir al veterinario lo antes posible para que este pueda reestablecer la temperatura normal de una forma segura y encuentre el origen de esta alteración.

Cuando medir la temperatura a un gato

Existen varias circunstancias en las que podemos vernos en la situación de tener que tomarle la temperatura a nuestro gato. Por ejemplo, si ha pasado por una enfermedad y nuestro veterinario nos pide que le sigamos monitoreando desde casa para pasarle la información.

Otra posibilidad es que nosotros mismos sospechemos que algo no anda bien o que, por ejemplo, observemos signos que suelen estar asociados a la fiebre. En estos casos podemos tomarle la temperatura nosotros mismos antes de compartir el resultado con un profesional. Estos signos son:

  • Nariz caliente y/o seca.
  • Inquietud excesiva
  • O por el contrario, debilidad y depresión.
  • Frecuencia respiratoria y cardiaca aceleradas.

Si observamos estos síntomas, independientemente de si la temperatura es normal, se debe consultar con el veterinario.

tomar la temperatura a un gato por el oido

¿Cuál es el mejor termómetro para gatos?

Existen varios tipos de termómetros, como el de infrarrojos, el de mercurio o el digital. La evidencia muestra que el más eficaz para una medición de la temperatura corporal precisa es el termómetro digital. Como consejo adicional te recomiendo uno de punta larga y flexible, ya que vamos a tener que introducirlo por el recto y si es de un material blandito es menos incómodo para el gato.

En el caso de que tu gato no coopere también vas a necesitar una toalla y puede que una mano extra para que te ayuden.

medicion rectal de temperatura de un gato

Cómo tomar correctamente la temperatura a un gato

También existen varias formas de tomar la temperatura, por ejemplo, en las axilas o en los oídos, pero estos métodos son mucho menos fiables y nos darán una temperatura menor a la real. Por tanto, nuestra mejor opción es introducir el termómetro en el recto a través del ano. A continuación pueden darse dos situaciones:

  • Que el gato coopere y que no le importe. Es este caso ya sea con el gato de pie o acostado vamos a introducir todo el largo de la punta del termómetro en el recto (cuanto más profundo, más precisa será la medición). Una vez dentro, vamos a pegar el termómetro hacia un lado (arriba, abajo, izquierda o derecha, no importa). Esto es para que tenga contacto con la pared del recto y no con las heces, las cuales están a una temperatura menor. Esperaremos a que el termómetro indique con un pitido que ya ha realizado la medición. Entonces lo sacamos, limpiamos los restos de heces con papel y luego lo desinfectamos con alcohol.
  • Que el gato no coopere, oponga resistencia y nos lo ponga muy difícil. En este caso deberás hacer un paso previo. Con ayuda de alguien, coloca al gato sobre una toalla extendida. Haz que se tumbe y envuelve todo su cuerpo con la toalla. Sus patas tienen que quedar dentro. Su cabeza saldrá por un extremo del “rollito” y la cola por el otro. Ahora ya está inmovilizado, mientras la otra persona sujeta el rollito para que no se desenvuelva tú puedes proceder con los pasos del punto anterior.

Referencias
Brodeur, A., Wright, A., & Cortes, Y. (2017). Hypothermia and targeted temperature management in cats and dogs. Journal of Veterinary Emergency and Critical Care, 27(2), 151-163.
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Kunkle, G. A., Nicklin, C. F., & Sullivan-Tamboe, D. L. (2004). Comparison of body temperature in cats using a veterinary infrared thermometer and a digital rectal thermometer. Journal of the American Animal Hospital Association, 40(1), 42-46.
Quimby, J. M., Olea-Popelka, F., & Lappin, M. R. (2009). Comparison of digital rectal and microchip transponder thermometry in cats. Journal of the American Association for Laboratory Animal Science, 48(4), 402-404.

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