¿Qué significa cuando un gato te deja tocar sus patas?
Si convives con un gato, sabrás que hay zonas de su cuerpo que le gusta menos que otras que le toquen. Es el caso de las patas, de la cola y de la barriga. Son diversas las razones que justifican este comportamiento. En esta entrada de SeñorDonGato vamos a centrarnos en qué significa cuando un gato te deja tocar sus patas.
Antes de abordar la cuestión queremos mostrarte algunas curiosidades, que quizás desconozcas, sobre sus extremidades, así como las razones que llevan a un peludo a rehusar que le acaricien las patas. Estamos seguros de que si te identificas con esta situación, esta información te resultará de interés y te ayudará a mejorar tu relación con él.
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Índice
¿Qué sabes sobre las patas de los gatos?
Sus extremidades están plagadas de vasos sanguíneos y de terminaciones nerviosas. Por esta razón, son una zona muy sensible y vulnerable en caso de sufrir una lesión. Sienten mucho dolor y el sangrado, de producirse, suele ser abundante. A su vez, en las patas portan las almohadillas, que desempeñan varias valiosas funciones.
Los receptores de las mismas les permiten recabar información sobre las características (temperatura, inclinación, relieve, etc.) de la superficie por la que transitan. Las glándulas ecrinas les ayudan con el marcaje, imprimiendo su huella olorosa, y las sudoríparas, les facilitan regular la temperatura corporal. Los gatos sudan a través de las almohadillas.
Como ves, las patas, con los receptores de su cara interna y las almohadillas, constituyen un recurso muy valioso para la supervivencia de los gatos y resulta lógico que deseen mantenerlas a buen recaudo. Sin embargo, queremos compartir contigo más curiosidades sobre ellas:
- Los felinos son digitígrados, o lo que es lo mismo, caminan sobre sus dedos para ser muy sigilosos ante sus presas y depredadores. Que sus garras sean retráctiles y que las guarden mientras caminan también ayuda a que sean prácticamente imperceptibles para nosotros cuando se acercan.
- Al igual que nosotros, los humanos, son zurdos o diestros. Tienen una pata preferida o con la que son más habilidosos, por ejemplo, para cazar.
- ¿Sabes que, como los camellos o las jirafas, los gatos caminan de un lado? Mueven la pata delantera y trasera de mismo lado para continuar con el contrario, y la pisada de la pata trasera coincide con la de la delantera. Curioso, ¿verdad?
- Son especialmente habilidosos para trepar, pero no tanto para descender de las alturas. Esto es debido a la morfología de las patas traseras, que son más potentes que las delanteras.
Mi gato no me deja tocar sus patas ¿Por qué?
Existe una máxima que define la conducta felina: solo se acercan y dejan que los toquen aquellos de los que confían y saben que no suponen una amenaza para su integridad. Aunque no le confieren el valor que le damos los humanos al contacto físico, sí pueden sentirse relajados y reconfortados cuando su humano favorito los acaricia.
No obstante, hay situaciones en las que el gato puede reaccionar de manera esquiva o incluso agresiva cuando se le tocan las patas. Como decimos, representan una zona sensible que la generalidad de los gatos tiende a preservar, y prefieren que se les acaricie en la frente, entre las orejas, en la barbilla, en la nuca o en el nacimiento de la cola.
Siente dolor
Una caída, pisar un objeto punzante o enfermedades como la artrosis pueden propiciar que tu gato esquive la pata o se comporte de forma agresiva cuando se la toques, en un intento por no agravar su malestar.
Experiencias traumáticas
En otras ocasiones, tu peludo ha podido vivir en el pasado experiencias negativas, por ejemplo, de malos tratos que derivaran en la rotura de una pata. Ante este recuerdo, y la consecuente asociación negativa, impedirá a toda costa que se la toques (retirándola, marchándose, bufándote o incluso arañándote).
Protege las uñas
Las uñas son sus particulares armas de defensa, y todos sabemos lo controladores que son los felinos. En su afán por mantener el status quo, su instinto de supervivencia hará que eviten hacer uso de sus uñas si no es estrictamente necesario, y, por tanto, preferirán que no les toquen las extremidades.
No existe confianza
Esta es la motivación más usual cuando un gato no te permite que le toques las patas. Carece de la confianza precisa y te hará saber que no eres merecedor de su cercanía marchándose. Deberás armarte de paciencia y valerte de recursos persuasivos como, por ejemplo, su snack favorito. Favorecerá su acercamiento y lo motivará a repetirlo.
No le acaricias bien
Por lo general, aunque hay excepciones, no les gusta que los manoseen y menos aún que las caricias sean ejecutadas de forma brusca o con demasiado ahínco. Siempre es preferible tocarles con suavidad, sin forzar la situación y a contrapelo. Su reacción será siempre positiva si optas por la cabeza, el cuello o por el lomo siguiendo la columna.
No le gusta el contacto físico
También puede suceder que tu gato no disfrute del contacto físico y prefiera mostrarte su afecto frotándose contra tus piernas, jugando un rato o durmiendo a tu lado. En definitiva, que un gato te deje tocar sus patas está íntimamente relacionado con su grado de afinidad contigo. Saber respetar sus tiempos y preferencias te ayudará a ganártela.
¿Por qué mi gato si me deja tocar sus patas?
Atendiendo a lo que ya hemos explicado, el motivo por el que tu gato te deja tocar sus patas obedece a que junto a ti se siente cómodo y seguro. Disfruta de tu compañía y te muestra su afecto dejándote tocar una parte delicada de su cuerpo. Es una clara demostración de que confía en ti, equiparable a que te deje acariciar su barriga.