Peritonitis Infecciosa Felina (PIF) | Síntomas y tratamiento
La Peritonitis Infecciosa Felina (PIF) es una enfermedad debilitante, progresiva, crónica, poco frecuente y generalmente mortal para los gatos. Es una de las principales causas de muerte entre los gatos jóvenes de criaderos o refugios y está causada por un coronavirus.
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Índice
¿Cómo se infectan los gatos de PIF?
El coronavirus entérico felino normalmente produce cuadros entéricos o respiratorios de naturaleza leve en los gatos. Sin embargo, algunas cepas pueden dar lugar a la PIF. Actualmente se cree que las cepas causantes de PIF son la consecuencia de la mutación de las cepas normales de coronavirus entérico.
La prevalencia de la enfermedad es mayor en gatos que viven en comunidades, cómo criaderos, refugios o residencias y también en las razas puras. Al contrario, la enfermedad es muy rara en los gatos de vida “libre” (abandonados, callejeros, asilvestrados, etc.) Los gatos afectados por la forma entérica o respiratoria excretan transitoriamente el virus con las heces y las secreciones respiratorias. No obstante, los gatos pueden permanecer como portadores entéricos crónicos y excretar coronavirus con las heces durante periodos prolongados de tiempo.
Para la trasmisión del coronavirus entérico se necesita un contacto prolongado ya sea con el gato enfermo o indirectamente con sus heces, ya que el virus es muy sensible a las condiciones externas y permanece viable en el ambiente 24-36h cómo máximo. Sin embargo, un gato que ha desarrollado la PIF, no puede transmitirla a otros gatos ya que el virus mutado no puede replicarse en el intestino y por tanto no lo excreta con las heces.
¿Qué síntomas presenta un gato con PIF?
El curso de la enfermedad dura entre 2 y 12 semanas y se caracteriza por la pérdida progresiva de peso, actividad y apetito, y termina con temperatura por debajo de lo normal y shock. En general se reconocen dos formas de PIF:
- Forma efusiva o húmeda. Que a su vez puede ser aguda (unos días) o crónica (2 a 8 meses). Veremos hinchado el abdomen del gato debido a la acumulación de líquido (ascitis).
- Forma no efusiva o seca. Esta forma cursa de forma insidiosa. El estado general del gato se encuentra muy alterado con adelgazamiento, postración, anemia y fiebre constante hasta la muerte. Dependiendo de los órganos afectados puede aparecer otros síntomas (insuficiencia renal, hepática, disfunción pancreática, signos oculares o del sistema nervioso central)
Es importante tener en cuenta que desgraciadamente el desenlace de cualquiera de las formas es fatal.
Cómo saber si un gato tiene Peritonitis Infecciosa Felina – Diagnostico
Cómo no existen pruebas específicas, si se sospecha de PIF, se realizará un examen exhaustivo y una serie de pruebas realizadas por el veterinario que ayudarán a corroborar el diagnóstico de PIF. Lo primero es comprobar el estado del animal, sus constantes vitales y confirmar que los signos son compatibles con la enfermedad. También serán útiles la hematología dónde veremos anemia y linfopenia; la bioquímica sanguínea, las radiografías y ecografías.
Existe la prueba de Rivalta que tiene un 97% de éxito para determinar los casos negativos y un 86% para determinar los positivos. Es fácil de realizar y barata ya que sólo se necesita un tubo de 10ml, agua, vinagre y una muestra de la efusión patológica. Pero no debe tomarse como único método diagnóstico.
¿Hay cura para la Peritonitis Infecciosa Felina?
No existe un tratamiento eficaz específico contra el coronavirus entérico ni su forma mutada. Por tanto, el tratamiento para un gato que ha desarrollado PIF es paliativo y se enfoca en reducir el sufrimiento del animal.
Pueden utilizarse antiinflamatorios y estimulantes del apetito además de proporcionar al gato un ambiente cómodo y seguro dónde pueda estar con sus seres queridos en sus últimos momentos. En los casos agresivos dónde el gato sufre demasiado aún con tratamiento de soporte, la eutanasia es la decisión más humana.
Prevención y Control
Existe una vacuna elaborada con una cepa termosensible del virus de aplicación nasal, pero se desconocen los datos sobre su eficacia y sólo debe aplicarse en gatitos seronegativos después de las 16 semanas de edad. Actualmente no se considera dentro de las vacunas esenciales.
La PIF es muy rara en gatos caseros que no viven en grupos, pero tanto los refugios como los propietarios de un solo gato deben evitar los factores estresantes sociales que cursen con inmunosupresión como: hacinamiento, cambio de ambiente, factores territoriales, y cambio de jerarquía en un grupo, ya que pueden ser desencadenantes de la enfermedad. Algunas medidas a tomar son:
- Limpieza y desinfección frecuente de las zonas de comer/ beber y de las bandejas de arena.
- Al menos una bandeja de arena por cada gato y lejos de las zonas de comida y descanso.
- Mantener grupos de gatos pequeños y estables dónde todos los individuos se lleven bien.
La PIF es más frecuente cuando existe coinfección con los virus de la leucemia felina y de la inmunodeficiencia felina, por tano la prevención de estas enfermedades ayuda al control de la PIF.