Cómo bañar a un gato
Si el momento del baño es siempre una odisea, este artículo te interesa. En él vamos a desgranarte cómo acostumbrar a un gato a bañarse y que, incluso, lo recuerde como una experiencia nada traumática. También vamos a mostrarte en qué situaciones conviene bañar a un minino, ya que su acicalamiento diario elimina mucha suciedad.
Lo idóneo es que desde bien jovencito lo habitúes a la estancia del baño, al sonido del grifo y a sentirse mojado. Así, se mostrará menos reacio en la edad adulta. El aclarado y el secado son las fases a las que más atención deberás prestar, siendo recomendable que siempre que bañes a tu mascota cuentes con la ayuda de otra persona.
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Índice
¿Es necesario bañar a un gato?
¿Sabes que los gatos dedican tres cuartas partes de su tiempo al acicalamiento? Gracias a ese concienzudo aseo diario, mantienen su pelo lustroso y brillante. Por tanto, por regla general, no es necesario bañar al gato. No obstante, pueden producirse ciertas situaciones en las que bañarlo sea obligado a fin de preservar su salud y bienestar. Nos referimos a:
- Ha entrado en contacto con una sustancia tóxica que podría envenenarlo.
- Por prescripción veterinaria: padece dermatitis o es preciso aplicarle un tratamiento antiparasitario.
- Está muy sucio porque, por ejemplo, ha estado jugando en una zona embarrada.
Fuera de estas situaciones puedes obviar el baño. Si lo quieres llevar a cabo y tu peludo no tolera el baño, te sugerimos que pruebes con un paño humedecido, con toallitas o con champús en seco. Dentro de estos últimos, merecen tu atención:
- El champú en polvo. Para aplicarlo correctamente basta con que viertas los polvos en el cuerpo de tu minino y frotes con las manos para favorecer su penetración. Después, cepilla varias veces para que surta su efecto y retires toda la suciedad.
- La espuma seca. Esta espuma especial actúa con un mecanismo similar al del champú en polvo, con la salvedad de que debes frotar con la ayuda de un paño antes de cepillar.
Cómo bañar a tu minino sin que arañe
Ahora queremos ahondar en lo que más te interesa. Vamos a explicarte de forma muy sencilla el paso a paso para acostumbrar a tu gato al baño. Recuerda premiarlo al terminar con aquello que más le motive para que establezca una asociación positiva y se muestra más receptivo la próxima vez. Toma nota:
- Cepíllalo antes de empezar. De este modo, facilitarás la eliminación de la suciedad que pueda haber quedado adherida en su manto y suprimirás los posibles nudos. En el caso de los gatos de pelo largo, este paso cobra una especial importancia. No olvides utilizar un cepillo corta-nudos y un acondicionador.
- Cuenta con la ayuda de otra persona. Deberéis decidir quién lo sujeta y quién lo enjabona y aclara. Será la forma más efectiva de evitar arañazos y de que salga corriendo.
- Permítele deambular por el baño mientras llenas la bañera con un par de centímetros de agua tibia (a unos 30 °C). Si fuera un gatito de corta edad, puedes valerte de un recipiente o barreño que le permita girarse y colócalo dentro de la bañera.
- Resulta indispensable que tu gato no se resbale. De lo contrario, se asustará y querrá escapar. Las alfombrillas que puedes encontrar en cualquier tienda de mascotas son idóneas para este fin.
- Utiliza una jarra con agua jabonosa. Les suele asustar que los mojen con el teléfono de la ducha. Por ello, te sugerimos que utilices un champú especial para gatos, compatible con el pH de su piel, y que lo añadas al agua, también templada, de una jarra. Ve mojándolo de este forma y frota realizando movimientos circulares.
- Nunca mojes su cabeza. Debes evitar a toda costa humedecer sus orejas y sus ojos. El exceso de humedad retenida en los oídos dará lugar a otitis, mientras que el agua jabonosa podría provocar conjuntivitis o úlceras en sus ojos. Emplea una esponja o toalla humedecida para la higiene de la cabeza.
- Si se tratara de un champú antiparasitario o terapéutico para una afección cutánea, deberías dejarlo actuar (unos 10 minutos) antes de aclarar.
- Cerciórate de retirar todo resto de jabón. Para ello, deberás disponer de otra jarra o recipiente con agua tibia y limpia. Cuando el agua salga clara podrás secar a tu gato. Si quedan restos de suciedad, de jabón y/o de aceites corporales, estos se pudrirán y tu peludo olerá mal.
- El secado es crucial para prevenir resfriados. Es preciso que no demores el secado para que tu mascota no se enfríe. Podría enfermar. Puedes utilizar una bayeta de cocina para deshacerte de la mayor parte de la humedad y continuar después con una toalla. Si lo prefieres, puedes utilizar dos toallas.
- Vuelve a cepillarlo. Si tiene el pelo largo y utiliza acondicionador, aplícaselo ahora.
- Si lo tolera, emplea un secador, siempre a unos 20-30 cm de distancia de él y a potencia baja para no causarle quemaduras. Cepíllalo a contrapelo, aunque no le guste, para asegurarte de que la raíz queda completamente seca.
Estamos seguros de que si implementas estas pautas conseguirás bañarlo de forma rápida y que, incluso, disfrute de la experiencia. Como te decíamos al comienzo, el refuerzo positivo siempre ayuda a fijar asociaciones positivas. Si pese a saber cómo acostumbrar a un gato a bañarse siempre te resulta problemático, delega esta labor a tu veterinaria.