Gato Siamés

Características y cuidados para la raza

Pocas razas la superan en inteligencia y personalidad. Quien ha convivido con un gato siamés sabe que no dejan indiferente a nadie por su determinación y capacidad comunicativa. Por ello, además de ofrecerles la estimulación y compañía que reclaman a diario, conviene establecer ciertos límites porque pueden llegar a ser algo dominantes.

Su porte atlético y particular patrón point favorecen que se trate de una de las razas más queridas y populares que existen. De hecho, el Siamés está reconocido por todas las asociaciones felinas. Sin embargo, el gato thai original difiere, en parte, del siamés moderno, más esbelto y musculoso. ¿Quieres conocerlo en profundidad? Continúa leyendo.

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¿Cómo es un auténtico gato Siamés?

Los siameses son gatos de tamaño mediano y complexión esbelta con cola y extremidades largas y finas. Pueden medir de 17 a 22 cm de alto y pesan entre 2,5 y 5 kg. Los machos son un poco más grandes que las hembras. Su cabeza cuneiforme parece estar ligeramente curvada hacia afuera por los lados. Su nariz recta y larga, contribuye a acentuar la forma triangular de su cara.

Del Siamés destacan sus ojos almendrados, bien separados y ligeramente inclinados, en un característico azul intenso. Las orejas están siempre erguidas y son de base ancha. Estas características son comunes a todos los siameses actuales. Sin embargo, existen distintos tipos en función de su color de pelo, diferenciándose así en claros y oscuros.

El pelo del gato Siamés es corto, con apenas presencia de subcapa interna, muy tupido, fino, brillante y extremadamente suave al tacto. La coloración puede oscilar desde el blanco crema al gris amarronado, siendo el color naranja oscuro muy poco usual en la raza que nos ocupa. Les caracteriza el patrón point.

De acuerdo con él, las partes del cuerpo de temperatura más baja (cara, orejas, patas y cola) son más oscuras. Igualmente, se admiten el patrón atigrado y el tortie en el que las manchas rojizas evocan al caparazón de una tortuga.

¿Sabías que todos los siameses nacen blancos? Al cabo de pocos meses su manto se oscurece.

Así es el temperamento del gato Siamés

Los gatos de raza Siamés son mininos casi hiperactivos, como sucede con los asiáticos o exóticos, muy sociables, inteligentes y apegados. Aprenden rápido, pero no dudan en hacer gala de su carácter para dejar claro hasta dónde quieren llegar. Si desean algo, lo hacen saber, ya que son muy tozudos, imprevisibles y vocales.

Se adaptan a todo tipo de familias y de hogares. Eso sí, reclaman altas dosis de estimulación y compañía a diario. Si se aburren o se sienten relegados a un segundo plano, se comportan de forma errática, desobedeciendo, maullando sin cesar y destruyendo todo lo que se cruza en su camino. Por tanto, tenlo en cuenta si deseas acoger a un siamés.

Los siameses suelen llevarse bien tanto con los niños como con otras mascotas, puesto que su prioridad es la compañía y el juego. Les encanta demostrar lo inteligentes que son y acaparar todas las atenciones. Agradecen las salidas al exterior, por ejemplo, dando un paseo por un jardín cercano con correa y arnés.

Si no te es posible, dedica tiempo a diario a jugar con él y ofrécele suficientes juguetes interactivos para cuando debas ausentarte. Por su apego, tienden a forjar un fuerte vínculo con su tutor y pueden sufrir depresión y ansiedad por separación si pasan muchas horas solos. Contar con un compañero de juego (otro gato o un perro) es un revulsivo para ellos.

Cuidados recomendados para la raza

Al tratarse de gatos de pelo corto y poca subcapa interna, el mantenimiento del manto del gato Siamés resulta muy sencillo. Bastará con que lo cepilles un par de veces por semana para retirar el pelo muerto y la suciedad adherida. Para ello, emplea un cepillo de cerdas cortas y flexibles. En los meses de muda, primavera y otoño, eleva la frecuencia a 4 veces por semana.

Precisamente, por las características de su pelo debes prestar atención a las corrientes y a los cambios bruscos de temperatura. Son más vulnerables a ellos en comparación con otras razas de doble capa como, por ejemplo, el Maine Coon o el Siberiano. La actividad física y la interacción diaria son cuidados ineludibles para el equilibrio y bienestar de los siameses.

Así, resulta indispensable reservar tiempo a diario al juego compartido y proveerle de rascadores y juguetes interactivos o de inteligencia con los que pueda dar salida a su curiosidad e instinto de exploración. Las salidas al exterior y/o el agility para gatos son igualmente recomendables.

El gato siamés precisa de una dieta rica en proteínas, vitaminas, fibra, minerales como el calcio, fósforo, potasio o el magnesio, así como en ácidos grasos omega-3 es, junto a la higiene semanal de ojos y orejas, el pilar que completa los requerimientos de higiene y salud de esta raza. Recuerda que su alimentación debe adecuarse a su edad. En caso de duda, consulta al veterinario.

¿Cómo es la salud de los gatos Siameses?

Los siameses gozan, en general, de una buena salud, alcanzando de media los 15-20 años de vida. Sin embargo, no es menos cierto que son susceptibles de sufrir varias patologías congénitas que obligan a no descuidar las revisiones rutinarias al veterinario.

Esta raza presenta una alta predisposición a padecer afecciones oculares como el estrabismo, la atrofia progresiva de la retina, que de no tratarse puede degenerar en ceguera a largo plazo, y el nistagmo. Esto es debido a que los siameses son parcialmente albinos. El síndrome de pica es un trastorno compulsivo que los lleva a tragarse objetos.

La hidrocefalia, los cálculos en las vías urinarias, la enfermedad vestibular, que cursa mareos y descoordinación, y la obesidad, agravada durante la vejez, son otras de las enfermedades a las que conviene estar atento para acudir al especialista ante cualquier conducta inusual. Un diagnóstico temprano eleva la calidad de vida y longevidad del animal.

Origen e historia del gato Siamés

Esta raza procede de Ayutthaya, en el antiguo reino de Siam, la actual Tailandia. Allí los monjes y aristócratas los veneraban como seres sagrados. De hecho, aún hoy se les confieren cualidades protectoras y se les considera un animal talismán que repele las malas energías. Las primeras referencias datan del año 1350.

El rey tailandés obsequió al cónsul británico con una pareja de siameses, Pho y Mía, gesto que propició la salida y propagación de la raza fuera de su país de origen. Su primera aparición pública en Europa tuvo lugar en el Cristal Palace londinense en 1871. Llegaron a EE. UU. en 1890 y el primer estándar fue redactado en 1892.

En la actualidad, la raza está reconocida en todas las asociaciones felinas. La TICA (The International Cat Association) lo hizo en 1946. La versión actual, denominada como siamés moderno, alcanzó su máxima popularidad en la década de los 70, siendo una de las razas de gato más queridas por su belleza y carácter entusiasta y cariñoso.

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