¿Cómo hago para que mi gato deje de hacer algo?
¿Tu gato ha desarrollado conductas indeseadas, como orinar fuera del arenero, morder o arañar personas y muebles, etc.? La buena noticia es que hay métodos eficientes para inhibir estos comportamientos e incluso mejorar la calidad de vida de tu minino.
Veamos en detalle cuáles son las mejores técnicas para enseñar a un gato a no hacer algo, modificar su conducta y que respete las normas que le enseñemos.
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Índice
¿Por qué mi gato tiene problemas de comportamiento?
Esta es la primera pregunta que deberías hacerte si quieres que tu gato deje de hacer algo. Conocer la causa de un problema de comportamiento o una conducta indeseada, es el primer paso para saber cómo prevenirlo o combatirlo.
En este sentido, lo primero es descartar cualquier problema de salud que pueda estar alterando el comportamiento habitual de tu minino. Trastornos y enfermedades que causan dolor o afectan las capacidades sensitivas de los gatos frecuentemente conllevan a cambios de conducta.
Por ejemplo, si un gato empieza a orinar fuera del arenero, ello podría indicar una infección urinaria u otra condición médica que aumenta la micción y/o le impide controlarla.
Otro paso fundamental es revisar el ambiente y la rutina de tu gato poniendo atención al enriquecimiento ambiental y los cuidados con su higiene. Un ambiente positivo y enriquecido es clave para prevenir los síntomas de estrés, ansiedad y aburrimiento que están entre las causas más frecuentes de los problemas de conducta en gatos.
¿Qué hacer para que mi gato deje de hacer algo?
Además de descartar cualquier condición médica que altere el comportamiento de tu minino, probablemente deberás hacer algunos cambios en su rutina y entorno para lograr que tu gato deje de hacer algo. A continuación, compartimos 5 consejos prácticos para ayudarte:
Enriquece el ambiente de tu gato
Como decíamos, gran parte de los gatos con problemas de comportamiento están estresados, ansiosos o aburridos por llevar una rutina sedentaria. Para revertir este problema, debes invertir en el enriquecimiento ambiental para que tu minino pueda ejercitar su cuerpo y mente mientras esté solo en casa.
Juguetes, rascadores, plataformas aéreas, estímulos visuales, sonoros u olfativos (la hierba gatera, por ejemplo), son excelentes apuestas para enriquecer el ambiente de tu gato y combatir las conductas indeseadas.
Preséntale juegos de inteligencia
Alimentar la inteligencia y la motivación es otra de las claves para lograr que tu gato deje de hacer algo. Un minino que se mantiene ocupado y entretenido tiene vías positivas para gastar energía, mientras que un gato sedentario y poco motivado tiene grandes probabilidades de buscar vías negativas para descargar la tensión acumulada.
Y si quieres que tu gato sea parte del primer grupo, es necesario que dediques tiempo a cuidar su cuerpo y mente. Una de las mejores maneras de lograrlo es proponiendo juegos de inteligencia que pongan a prueba sus instintos y sentidos. Hay muchas opciones que puedes hacer en tu casa, como jugar al escondite, fabricarle un puzzle con una caja de cartón, hacer un trilero casero con recipientes reciclados y bolitas de pienso o golosinas, etc.
Enséñale a tu gato qué conductas son apropiadas y cuáles no
Aunque sean independientes, los gatos no aprenden por si solos qué conductas consideramos los humanos apropiadas y cuáles no. Es parte de nuestro trabajo como tutores enseñarles qué tipo de acciones queremos ver reflejadas en su comportamiento.
Debes saber que educar a un gato es totalmente posible y cuanto antes empieces, mejores resultados obtendrás. Es decir, cuanto más joven sea tu minino cuando empieces a educarlo, más facilidad tendrá para asimilar las conductas, ordenes de obediencia y trucos que desees enseñarle.
Recomendamos el uso responsable del refuerzo positivo en la educación del gato, para favorecer su aprendizaje y mantenerlo motivado, en lugar de castigos o refuerzos negativos con el objetivo de inhibir una conducta inapropiada.
No refuerces las conductas indeseadas
Este consejo viene en complemento del anterior para aclararte la importancia de hacer usar el refuerzo positivo de forma consciente. Independiente de la edad de tu gato, no debes reforzar una conducta ofreciéndole cualquier tipo de recompensa si no deseas que tu minino la asimile y repita en el futuro. Ello aplica a todo el proceso de aprendizaje, incluso durante sus primeros meses de vida.
Uno de los errores más comunes que los tutores cometen a la hora de educar a un gato, es permitir o incluso reforzar ciertas conductas indeseadas durante la infancia del minino. Por más tierno o inofensivo que un comportamiento pueda parecer en un gatito, cuando lo refuerzas con golosinas, caricias o palabras de ánimo, lo más probable es que esta conducta se convierta en un hábito. Y será mucho más difícil corregirla cuando tu gato sea adulto.
Hazle saber cuando no te gusta lo que hace
Con el refuerzo positivo lograrás indicar a tu gato que ha tenido una buena conducta o que ha hecho lo que esperabas de él. Pero, ¿cómo debes hacer para que tu gato entienda cuando ha hecho algo malo?
La mejor solución no está en los castigos, regañinas o encierros, sino en comunicarle de forma breve y objetiva que ha hecho algo inapropiado. Digamos que tu minino empieza a arañarte o morderte durante un juego; lo mejor que puedes hacer para combatir esta conducta, es emitir un “¡NO!” o un pequeño chillido y dejar de jugar inmediatamente con él.
Por otro lado, cuando vuelvas a jugar con tu gato y su conducta sea positiva, sin arañazos, mordidas u otros signos de sobreexcitación, ofrécele una recompensa para fomentar que se comporte de esta manera (y no de la anterior).